Cómo las inversiones en commodities pueden ser una protección contra la inflación

Cuando la inflación aprieta, muchos inversores buscan refugio fuera de los activos tradicionales. ¿Qué pasaría si un grupo de inversiones tuviera la capacidad de moverse al ritmo de los precios de las materias primas y, a la vez, aportar diversificación a una cartera? Esa es la idea central de las inversiones en commodities como protección frente a la inflación. En este artículo exploramos por qué estos activos pueden funcionar como cobertura, qué tipos de commodities existen y cómo se pueden incorporar de forma razonable en una estrategia de inversión.

Cómo las inversiones en commodities pueden ser una protección contra la inflación
Las inversiones en commodities, o materias primas, han sido durante décadas una herramienta popular para defenderse ante la subida general de precios. La lógica es simple: cuando la inflación sube, los precios de bienes y servicios tienden a subir, y muchos commodities tienden a moverse al alza con esa subida de precios. No es una garantía, pero históricamente ha habido periodos en los que la demanda de energía, de metales industriales o de productos agrícolas ha impulsado sus precios, compensando pérdidas en otros frentes de la cartera.

“**La inflación es un impuesto sin legislación**”, decía Milton Friedman, un recordatorio contundente de que la inflación afecta a todos los que mantienen dinero o activos denominados en esa moneda. En ese contexto, los commodities pueden actuar como una especie de filtro entre el crecimiento económico y el poder de compra, mitigando la erosión de valor que produce una inflación no contenida. Pero, ¿qué significa eso en términos prácticos para un inversor?

Qué son los commodities y por qué importan ante la inflación
Los commodities son bienes tangibles que se consumen y se negocian a nivel mundial: energía (petróleo, gas natural), metales (cobre, aluminio, oro), y productos agrícolas (maíz, trigo, soja, cacao, entre otros). Su precio está sujeto a factores de oferta y demanda globales, pero también a la inflación en el sentido de que, cuando el nivel general de precios sube, muchos de estos bienes suben de precio en términos reales y nominales.

Para entender su papel como cobertura, es útil pensar en dos dinámicas clave:
– Cobertura por inflación: si la inflación se acelera, el coste de los insumos y la energía de la economía tiende a subir, y los commodities suelen experimentar movimientos al alza. En ese sentido, una exposición a commodities puede aportar una correlación positiva con el proceso inflacionario.
– Diversificación de riesgos: los commodities no siempre se mueven en la misma dirección que las acciones o bonos. Al incorporar un componente de commodities, la cartera puede absorber mejor los shocks que golpean a otros activos, reduciendo la volatilidad general.

Evidencia histórica: cómo se comportan durante periodos inflacionarios
La historia ofrece ejemplos mixtos, pero con patrones útiles para la reflexión. En periodos de alta inflación sostenida, ciertos commodities han mostrado rendimientos realistas cuando la demanda global se mantiene o crece. En otros momentos, shocks de oferta (por ejemplo, interrupciones en la producción de petróleo o en la cosecha de un cultivo clave) han impulsado precios a corto plazo. Es importante notar que la correlación entre commodities y inflación no es constante: puede variar según el tipo de commodity, las condiciones macroeconómicas y el horizonte de inversión.

Un aspecto importante a considerar es que la exposición a commodities puede requerir una visión de mediano a largo plazo. A corto plazo, factores como el contango (cuando los futuros se negocian a precios más altos que el spot) pueden erosionar rendimientos si la inversión se mantiene en el tiempo sin una correcta gestión de roll-overs y costos de financiación. Por eso, entender la estructura de los instrumentos elegidos es tan crucial como comprender la dinámica de precios.

Qué formas de exposición existen y qué conviene saber
Existen varias maneras de obtener exposición a commodities, y cada una tiene sus propias características, costos y riesgos. Aquí tienes las opciones más comunes:

– Exposición directa a futuros: comprar contratos de futuros sobre un commodity puede ofrecer exposición a movimientos de precios, pero requiere gestionar vencimientos, roll-overs y costos de almacenamiento o financiamiento. No es una solución sencilla para inversores novatos.
– ETFs y fondos de commodities: fondos cotizados en bolsa que replican índices de commodities o que invierten en una cesta de futuros. Suelen ser una opción práctica para diversificar a bajo costo, aunque algunos pueden verse afectados por la curva de contango y por comisiones de gestión.
– Acciones de empresas relacionadas: invertir en acciones de compañías mineras, petroleras o agroindustriales puede proporcionar exposición indirecta a la demanda de commodities. Además, estas acciones ofrecen dividendos y pueden comportarse de manera distinta a los propios precios de las materias primas.
– Materias primas físicas o notas estructuradas: menos comunes para inversores minoristas, pero existen productos para exposición directa, o notas vinculadas a precios de commodities, con diferentes perfiles de riesgo y liquidez.
– Diversificación dentro de la clase: no todos los commodities se comportan igual ante la inflación. Combinar energía, metales y agricultura puede reducir la volatilidad de la exposición total y aumentar las probabilidades de capturar movimientos inflacionarios en diferentes escenarios.

Qué tipos de commodities pueden funcionar como cobertura: energías, metales y agricultura
Energía: petróleo, gas natural y, en menor medida, otros combustibles. La energía es una fuerza impulsora de la inflación porque la demanda de energía es esencial para la producción y el transporte. Cuando los precios de la energía suben, es común que suban también los costos de producción y transporte en toda la economía. Una exposición moderada a la energía puede ayudar a capturar parte de ese efecto inflacionario.

Metales: cobre, aluminio y otros metales industriales, además de oro y plata. Los metales industriales suelen estar ligados a la actividad económica global; cuando crece la demanda por construcción o manufactura, sus precios pueden subir. El oro, por su parte, históricamente se ha considerado un refugio en tiempos de incertidumbre y, a veces, de inflación. Sin embargo, no es una garantía; su comportamiento puede ser heterogéneo y depender de la dinámica de tasas de interés y del entorno macroeconómico.

Agricultura: maíz, trigo, soja, cacao y otros commodities alimentarios. Los precios de los alimentos tienden a responder a factores climáticos, políticas agrarias y demanda global. En escenarios inflacionarios, la subida de precios de alimentos puede ser significativa y, a menudo, impulsar el rendimiento de ciertos agrícolas como cobertura parcial, especialmente cuando la inflación afecta de forma amplia a la economía.

Consejos prácticos para una exposición razonable
– Define un marco temporal: si buscas cobertura frente a inflación estructural, una visión de medio a largo plazo puede ser más adecuada que una estrategia de corto plazo.
– Considera la diversificación interna de la clase: no te conviertas en dependiente de un solo commodity. Una combinación equilibrada entre energía, metales y agricultura tiende a aportar mayor resiliencia.
– Evalúa costos y estructura de los instrumentos: verifica comisiones, comisiones de gestión, y la exposición a futuros o a precios spot. Ten en cuenta que la contabilidad y la contango pueden afectar rendimientos reales.
– Ten en cuenta la correlación con tu resto de activos: ¿cómo se comporta la parte de tu cartera en un periodo de recesión, subida de tasas o choque de oferta? La diversificación correcta ayuda a evitar que un solo evento dañe toda la cartera.
– Asegura una gestión de riesgo adecuada: asignar un porcentaje prudente de la cartera a commodities puede ser más sensato que una sobreexposición. Establece límites y revisa periódicamente la composición.

Preguntas frecuentes que suelen surgir
– ¿Los commodities son una protección garantizada contra la inflación? No. Aunque pueden ayudar, su desempeño varía y depende de muchos factores, incluyendo la oferta, la demanda, las políticas públicas y las condiciones macroeconómicas.
– ¿Qué instrumento es más fácil para empezar? Los ETFs o fondos de commodities suelen ser una forma práctica de empezar, con liquidez razonable y una gestión más simple que el trading de futuros individual.
– ¿Qué pasa si la inflación baja? En entornos de baja inflación, la ventaja inflacionaria de los commodities puede reducirse o desaparecer, y la volatilidad de estos activos puede verse reflejada en la cartera.
– ¿Es mejor usar commodities físicos o derivados? Para la mayoría de inversores minoristas, los derivados o fondos que replican índices son más prácticos y líquidos que la adquisición de commodities físicos, que conlleva complejidad logística y costos.

Riesgos y consideraciones
– Volatilidad: los precios de los commodities pueden moverse de forma brusca ante shocks de demanda o de oferta, acontecimientos geopolíticos o fluctuaciones del dólar.
– Estructura de precios de futuros: el contango y el backwardation pueden afectar el rendimiento si la exposición se mantiene mediante futuros y se gestiona mal el rollover.
– Riesgos de liquidez: algunos mercados de commodities pueden presentar menos liquidez que otros, lo que impacta la capacidad de comprar o vender rápidamente sin afectar el precio.
– Riesgo de concentración: una exposición excesiva a un único sector (petróleo, por ejemplo) puede aumentar la volatilidad y el riesgo idiosincrásico.
– Impacto de políticas: subsidios, aranceles, Y cuellos de botella logísticos pueden modificar la oferta y el precio de los commodities de forma impredecible.

Conclusión
En definitiva, las inversiones en commodities pueden aportar una capa adicional de defensa ante la inflación al aprovechar la dinámica de precios de bienes esenciales y su papel en la economía global. No obstante, requieren una comprensión clara de su naturaleza, de las distintas vías de exposición y de los riesgos inherentes. Una estrategia bien diseñada—que combine energía, metales y agricultura, con una gestión de costos y una adecuada diversificación—puede contribuir a que una cartera resista mejor los ruidos inflacionarios sin sacrificar la flexibilidad para otros escenarios económicos.

Con todo, la clave está en la prudencia y en la coherencia con tus objetivos, tu horizonte y tu tolerancia al riesgo. La inversión en commodities no es una solución automática para la inflación, pero bien integrada puede ser una pieza útil en un enfoque equilibrado de protección y diversificación.